Por Rosalío Martínez Blancas
Un total de 20 mil millones de pesos al año recibe la Ciudad de México por concepto de remesas de mexicanos en Estados Unidos, por lo que es necesario que por lo menos se destine el uno por ciento para la creación de un Instituto de Atención al Migrante, planteó el diputado local del Partido Nueva Alianza en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), Juan Gabriel Corchado Acevedo.
En conferencia de prensa, el legislador Corchado Acevedo recordó que la Ciudad de México como “Ciudad Abierta” debe contemplar que cualquier persona, no importando su estatus migratorio, tiene derechos ciudadanos como cualquier nacido en esta ciudad, por lo tanto tiene derecho a todos los programas sociales.
Afirmó que a la Ley de Interculturalidad le hace falta operatividad, porque no es suficiente con contemplar acciones a favor de los migrantes, sino aterrizarlas en la realidad. “De ahí la propuesta de la creación del Instituto de Atención al Migrante, como una alternativa para atender a los migrantes mexicanos y extranjeros que llegarán a esta ciudad; la situación requiere de tomar medidas como Ciudad Abierta, hospitalaria, de dotarla de instituciones con capacidad para operar lo que ya pusimos en la ley”, aseveró.
María García, de la Coalición Binacional contra Donald Trump y presidenta del Club Migrantes Aztlán, con sede en Chicago, dijo que en año y medio se registran 2,470 millones de dólares de remesas hacia México y hay un millón de chilangos en Estados Unidos, mientras que la Sederec no los recibe y los Consulados en el vecino país no apoyan al migrante mexicano.
Juan Carlos Guerrero Anaya, del Comité Chilango en Los Ángeles, California, opinó que si se logra tener este Instituto de Atención al Migrante, se congregarán todos los esfuerzos ante el fenómeno Trump que llevaría a deportaciones masivas de migrantes y por ende al grave deterioro de la economía de miles de familias mexicanas.
El diputado del Panal, Juan Gabriel Corchado dijo que el problema no es falta de atención, sino de coordinación institucional para atender a los migrantes; se requiere hacer realidad los beneficios establecidos en la ley, en los reglamentos, en los programas, para que verdaderamente los reciban los migrantes.
Al preguntarles sobre cuál es el sentir de los mexicanos en Estados Unidos, coincidieron que es de total temor de ser deportados, ante la campaña de odio y miedo que ha desplegado Donald Trump, la gente está intranquila y buscan mecanismos de protección entre las familias mexicanas.
El caso de Maritsa, madre soltera de dos hijos con problemas de salud, deportada y que no encontró ayuda en la Sederec, ni en el sector salud de México porque los niños no tenían la doble nacionalidad ni CURP u otro documento, y solamente el Doctor Luis Ruiz le ayudó a ingresar a su hija en el Hospital Infantil para que la atendieran de problemas del pulmón y le dieran medicamentos. “Y me preguntan: ¿Por qué se regresó? ¿Y nosotros qué culpa tenemos?” Ese es el trato que le han dado las autoridades mexicanas de la Secretaría de Relaciones Exteriores, de la Sederec, de los Centros de Salud de la Secretaría de Salud.
“No podemos todo el tiempo pasar por ser invisibles, tenemos derechos como ciudadanos mexicanos. Ha sido un camino humillante, doloroso, sólo pido que me traten como ser humano, como ciudadana que tengo derechos, y lo único que he recibido es discriminación”, concluyó.
|