Con la exposición Fotógrafos de agüita. Imágenes de Elsa Chabaud, el Museo Archivo de la Fotografía (MAF) de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México (SCCDMX) llevará a los habitantes de la capital y sobre todo a las nuevas generaciones por un viaje en el tiempo por la historia iconográfica de la fotografía instantánea.
A través de 80 fotografías recabadas entre 1983 y 1984 por la fotógrafa Elsa Chabaud, con la curaduría de Mariana Rubio y museografía de Alejandro Matzumoto, los visitantes de este museo podrán echar un vistazo por la parte histórica de este oficio que perduró por más de un siglo en México, y se había convertido ya en una tradición de lugares emblemáticos como la Villa, la Alameda, Catedral, las Pirámides de Teotihuacán o Xochimilco, detalló, en un recorrido previo para medios, Vicente Guijosa, director del Museo.
“Queremos hacer un homenaje y un rescate de esos fotógrafos que dieron la batalla, a esos fotógrafos anónimos y al trabajo de fotografía que se va quedando en la historia, además de preparar una exposición interactiva para que la gente que ya no le tocó esto lo pueda vivir”, dio a conocer el director del museo.
Indicó que el nombre de Fotógrafos de agüita deriva del proceso fotográfico de revelado, en el que se tomaba el negativo y dentro de la propia cámara se tenía el revelador, el fijador y la ampliadora, para finalmente enjuagar el papel fotográfico en una cubeta que se ubicaba debajo del tripié con la cámara.
Explicó que dicha técnica después se derivó a papel y con el paso del tiempo se han perdiendo varias técnicas en el proceso de revelado. “Ahora es un lujo revelar como en aquella época. Era impresionante verlos pues revelada atrás de las puertas de las iglesias, tenían el momento la foto de la boda, revelaban diapositivas cuyo proceso era como mínimo de 25 minutos”.
Sobre este homenaje, manifestó que es uno de los puntos a los que se debe el museo: “Nos debemos a este tipo de fotógrafos y tenemos la obligación de llevar a cabo este rescate y volverlo a poner para la gente que no tenía idea de cómo funcionaba: estamos observando la historia de la Ciudad de México”, afirmó.
Adelantó que en la inauguración de la muestra —programada para el sábado 22 de noviembre a las 12:00 horas—, se podrán apreciar fotografías originales de lo que hacían las cámaras, además de exhibir dos cámaras originales y un par de espacios para que la gente se tome su foto como era en ese entonces.
Los fotógrafos de agüita y Elsa Chabaud
La fotógrafa Elsa Chabaud es la autora de la exposición. Al respecto, comentó: “Fue un trabajo hecho por encargo del maestro Fernando Arechavala en 1983, quien dirigía la Casa del Lago de la UNAM. Fue expuesto entonces en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, y ahora, después de treinta años, vuelve a ver la luz”. Posteriormente, Elsa Chabaud usó este tema para desarrollarlo como su tesis de licenciatura.
Era un fenómeno muy curioso —dijo—, porque en ningún lugar del mundo usaban estas cámaras como aquí: montadas sobre trajineras de Xochimilco para fotografiar a las personas, además de disfrazarlos, usando el entorno natural como fondo, por mencionar un ejemplo.
“Fue un oficio –prosiguió-- que duró casi dos siglos, en el que hubo gente y familias enteras que vivieron de la foto por diferentes generaciones. Inició como algo muy simple sacando fotos en las plazas con la técnica del ferrotipo, que después se transformó al usar en lugar de fierro el papel. El papel inició entre 1805 y 1810 y duró hasta los años 90’s, pero ya intercalado con la cámara Polaroid, que llevó a este oficio a su extinción”.
Especificó que aunque la técnica se utilizó en todo el mundo, en México adquiere una particularidad que es muy importante: usaron telones, fabricaron caballos, disfraces, “no había límites gráficos, hacían todo un evento alrededor de ser fotografiado y siempre entorno a la diversión”.
Según pláticas que sostuvo con fotógrafos durante la recopilación de este material, compartió que ellos lo definían como “un oficio que les dio una vida primorosa”, los hizo viajar, además de divertirse.
Agregó que los fotógrafos se llamaban a sí mismos “misioneros”, porque se iban de misión de feria en feria, fiestas patronales, eran meses de viaje para ofrecer sus servicios. En estos viajes se llevaban todo el equipo que guardaban en el cuerpo hueco del caballo de madera que mandaban fabricar para que las personas se montaran en él y se tomaron una foto”, detalló emocionada.
La exposición Fotógrafos de agüita. Imágenes de Elsa Chabaud, se inaugurará el próximo sábado 22 de noviembre a las 12:00 horas en el Museo Archivo de la Fotografía(MAF) de la Secretaría de Cultura capitalina, busca rendir homenaje a los fotógrafos de este oficio rebasado por la tecnología, pero que forma parte de la tradición popular mexicana.
Paralelamente a esta exposición, el MAF (localizado en República de Guatemala 34, en el Centro Histórico) realizará una serie de charlas con personas que han escrito sobre el tema, cuyas fechas dará en conocer en su momento. Asimismo, adelantó Vicente Guijosa, el próximo año se publicará un libro donde quede plasmado este homenaje. |