Durante la presentación de la campaña Mayo, Mes de los Museos CDMX, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, anunció que en el Museo de la Ciudad de México se invertirán 50 millones de pesos para los trabajos de mantenimiento integral que se llevarán a cabo en este recinto de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México (SCDMX).

A su vez, en rueda de prensa posterior al acto llevado a cabo en el Museo Interactivo de Economía (MIDE), el Secretario de Cultura local, Eduardo Vázquez Martín, detalló que a partir de mayo el antiguo Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya será intervenido con el fin de mejorar los servicios y darle mantenimiento, por lo que abrirá de nuevo sus puertas en octubre.

Precisó que los 50 millones de pesos se invertirán en el mejoramiento de los sistemas sanitario, hidráulico, eléctrico y de calefacción, se instalará un elevador para hacer más accesible el museo y se acondicionará una Sala Interpretativa que contará la historia de la Ciudad de México desde un punto de vista antropológico y artístico.  

Con la supervisión y aprobación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se harán estos trabajos que también incluyen el remozamiento de las fachadas del inmueble del siglo XVIII, la restauración de más de 30 puertas, se realizarán los aplanados de las salas de exhibición de la planta baja, afectadas por humedad y salitre, mientras que en la zona del patio central se intervendrán las piezas de cantera labrada con motivos ornamentales.

“El museo conservará su vocación de ser laboratorio que invita a la reflexión a través de sus diferentes exposiciones”, puntualizó Eduardo Vázquez Martín.

La intervención que se hará este 2017 va de la mano con el programa museológico del Museo de la Ciudad de México, pues se busca fortalecer su vocación como la instancia museística facilitadora de la reflexión y del análisis de las complejas relaciones que se entretejen en su territorio, así como posibilitar nuevas narrativas que desde lo cultural y lo simbólico impulsen el acercamiento a su historia, al reconocimiento de sus avances y carencias, en resumen, a su diversidad.

Para hacer posible los trabajos, desde el 2014 se realizaron las gestiones correspondientes y a mediados de 2016 se autorizó la suficiencia presupuestal para desarrollar el Plan Maestro de Intervención que contempla obras de mantenimiento y adecuación en las instalaciones para optimizar el servicio al público y a los usuarios del inmueble.

Antecedentes

El edificio ubicado en Pino Suárez número 30, en el Centro Histórico, ha tenido una serie de cambios estructurales desde su primer desplante, durante el siglo XVI. Desde entonces, ha sido remodelado y modificado en varias ocasiones, tanto en su aspecto como en su funcionamiento, sirviendo como palacio de familias nobles, vecindad, locales comerciales y recinto cultural.

El inmueble que alberga actualmente al Museo de la Ciudad de México fue reedificado en 1776 por el arquitecto Francisco Guerrero y Torres, ya que la primera construcción estaba muy dañada por los efectos de terremotos e inundaciones. Fue hasta el año de 1931 que el antiguo Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya fue declarado Patrimonio Nacional.

En 1960, el entonces Departamento del Distrito Federal decretó que el inmueble se convertiría en la sede del Museo de la Ciudad de México, que abrió sus puertas el 31 de octubre de 1964, tras una remodelación encabezada por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez.

El programa museográfico del museo con un marcado acento didáctico tenía el objetivo de mostrar al visitante los distintos elementos que conforman una urbe, concepto de gran arraigo en aquel momento. Mostraba también ejemplos representativos del origen, desarrollo, tradiciones y esplendor artístico de la metrópoli.

En 1998, el nuevo gobierno de la Ciudad de México y el recién creado Instituto de Cultura retomaron el proyecto de museo abierto a la interacción con el público capitalino y se incluyeron exposiciones, lecturas, conferencias, mesas de diálogo, talleres, entre otras actividades artísticas y culturales. Para ello hicieron algunos cambios al recinto y se devolvieron acabados originales al edificio.

En los años 2002–2003, se renovó la fachada del museo, se restauró el mural de Joaquín Clausell y se reabrió la biblioteca Jaime Torres Bodet, que había estado cerrada durante una década. Posteriormente, del 2008 a 2010, se realizó una readaptación y modernización de las salas del museo.

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