Por Agustín Vargas (*)

A escasos cinco días de que el Presidente Enrique Peña Nieto presente su segundo informe de Gobierno para dar cuenta a la sociedad mexicana el estado que guarda el país se dio a conocer una encuesta sobre la gestión del mandatario en materia de economía en dos años que lleva al frente del Ejecutivo Federal.

La encuesta, elaborada por el Pew Research Center, centro de investigaciones que tiene su sede en Washington, D. C, no deja bien librado al señor Peña Nieto, pues los datos más representativos arrojan que el 60% de la población reprueba la gestión económica del Presidente de México y revela también un rechazo mayoritario a su reforma energética.

Según el sondeo realizado entre abril y mayo, seis de cada diez mexicanos desaprueban el manejo del Presidente en la economía -lo que representa un aumento de 14 puntos respecto al año pasado-, mientras que solo 37% le dan el visto bueno.

"Esto puede reflejar la lenta actividad económica hasta el momento en 2014, que forzó al Banco Central Mexicano a revisar a la baja su predicción previa de crecimiento", indica el estudio del Centro de Investigaciones Pew. 

Los mexicanos están insatisfechos con el ritmo aletargado de su economía, que creció 1% en 2013 y espera crecer 2,7% este año, por debajo de la previsión inicial de 3,9%.

Seis de cada diez encuestados señaló que la situación económica del país es mala, incluyendo poco más de la cuarta parte que estima que es muy mala, mientras sólo 40% le dan una nota positiva, y la mitad es optimista sobre el futuro.

Por supuesto la  inseguridad ciudadana sigue siendo la principal preocupación en México, pues un 79% de los encuestados cree que el crimen es un "gran problema", casi el mismo porcentaje que el año pasado.

Imagen y popularidad

Pero el estudio también hace referencia a la imagen general del Jefe del Ejecutivo Federal, la cual, según los datos arrojados por la encuesta,  se resintió y ahora los mexicanos están divididos frente a su Presidente: su popularidad bajó del 57% al 51%, mientras que sus detractores subieron del 38% al 47%, respecto a una encuesta de 2013.

Peña Nieto "ha sido aclamado internacionalmente por sus ambiciosas reformas (...) pero el sondeo encuentra que internamente su imagen positiva se tambalea", señala el informe del Pew Research.

Desde que llegó al poder en 2012, Peña Nieto ha impulsado reformas en prácticamente todos los ámbitos, desde la educación, las telecomunicaciones o los impuestos hasta una polémica legislación que puso fin a 76 años de monopolio estatal petrolero y espera la llegada de multimillonarias inversiones al sector.

Pero el sondeo encontró que la reforma energética, que contó con la oposición del PRD en el Congreso, también es impopular entre la población. 

Un 57% rechaza la apertura de la estatal petrolera PEMEX y solo 34% lo apoya.

El sondeo se basó en entrevistas a mil personas mayores de edad entre abril y mayo, con un margen de error de más / menos  4.0 puntos porcentuales.

Tanto el deterioro de la imagen como la popularidad del Presidente de la República son dos factores que el propio mandatario había descontado desde que se embarcó en el proyecto reformista que tanto defiende e impulsa, ahora para su articulación y puesta en marcha. El propio Peña Nieto advirtió que no sería una tarea fácil y las llevaría a cabo asumiendo los costos políticos que ello conllevaría.

Lo que le urge ahora al mandatario, una vez aprobadas las reformas, es instrumentarlas para demostrar así que, efectivamente, se va en la ruta correcta y que no se equivocó respecto a los beneficios que su plan reformador traerá consigo a la población en general y al país.

Es cuestión de tiempo para que los cambios estructurales maduren, por tanto es loable otorgar el beneficio de la duda, aunque, dicho sea de paso, éste no podrá sostenerse mucho porque el letargo de la economía ya caló hondo en todos los sectores de la población.

FIRA y la nueva Financiera Nacional

Los anuncios que recientemente hizo el gobierno del Presidente Enrique Peña relativos a una nueva política de financiamiento del campo, han entusiasmado a los participantes de este mercado por lo que están dispuestos a poner manos a la obra y conseguir el objetivo de fomentar la producción agropecuaria, el progreso de los productores y en general de mejores condiciones del mercado alimenticio mexicano.

Estamos hablando de las sofomes agropecuarias que pertenecen a la Asociación Mexicana de Entidades Financieras Especializadas (AMFE), que sin tapujos aplaudieron la decisión de transformar a la Financiera Rural en la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero.

Y es que no es para menos, ya que se anunció que las tasas de interés de los créditos agropecuarios que se canalizarán serán menores a un dígito, además de que se cambia totalmente la política de garantías, puesto que los productos no tendrán que poner como garante de pago de los créditos, sus propiedades o pertenencias sino serán las mismas cosechas que quedarán en prenda, algo que los campesinos y empresarios del agro habían solicitado desde hace mucho tiempo.

Esta actitud de las sofomes agropecuarias de la AMFE contrasta totalmente con la que asumieron cuando el FIRA, otra institución dirigida al fomento del campo, anunció el aumento de sus tasas de interés a partir de mayo de este año. En aquella manifestaron también su desacuerdo e inconformidad.

Ahora la pregunta es si la operación de FIRA va en sentido contrario a la Reforma Financiera que promueve precisamente que la banca de desarrollo retome su papel de promotor de la economía nacional. Y si no va en sentido contrario tal parece que imita aquel paso de baile de Michael Jackson que parecía que avanzaba pero en realidad retrocedía.

Quizá no sería mala idea que los recursos del FIRA, tanto financieros como de infraestructura, personal y demás, se integraran a la nueva Financiera Nacional.

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*Periodista. Director del Suplemento HábitatMx