El caldero político-electoral ya empezó a calentarse. Así, el Frente Ciudadano por México (PRD, PAN y Movimiento Ciudadano) dio sus primeros frutos.
La candidatura presidencial será para el PAN en la figura de Ricardo Anaya y la candidatura a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México será para el PRD con sus tres precandidatos: Alejandra Barrales, Armando Ahued o Salomón Chertorivski. Mientras que los especialistas se inclinan por la primera.
A decir del líder de la expresión Vanguardia Progresista del PRD, Héctor Serrano Cortés -el artífice del Frente Ciudadano por México- “…o nos íbamos solos en un proyecto buscando condiciones para Miguel Ángel Mancera en las mejores condiciones, porque es una realidad, el PRD hoy, el único líder moral con el que cuenta, el único líder efectivo con el que cuenta es Miguel Ángel Mancera, porque no hay nadie más”.
Y por eso aseveró: “es un gobierno de coalición, y me parece que no puede estar sostenido solamente en las posibilidades y aspiraciones personales, muy válidas. Y por ello, cuando hablo de que el Jefe de Gobierno antepuso el interés de la nación al personal, hablo de eso”, destacó.
Al explicar más la decisión colectiva de darle la candidatura presidencial al PAN, refiere: “Había una posición por parte de Acción Nacional de decir ‘nosotros tenemos –como efectivamente es- una condición de mayor porcentaje de votación, tenemos condiciones mucho más favorables’, tienen finalmente 12 gobernadores, el PRD no está en las mejores condiciones de posición electoral y me parece que el factor determinante para el PRD era precisamente Miguel Ángel Mancera”.
Sin embargo, todavía falta aterrizarlo al interior de los partidos políticos. Como van a hacerle los líderes para convencer a sus militantes para votar por los candidatos del Frente Ciudadano por México. Panistas votando por un perredista o un perredista votando por un panista, ese es el punto.
La construcción del aparato político-electoral del Frente es muy ingenioso y hasta plausible, pero todavía falta la prueba de fuego del voto popular.
No cabe duda, que con esta estrategia el Frente Amplio por México no solamente se vuelve altamente competitivo, sino que se augura un posible triunfo sobre Morena y el PRI en el 2018. |