El restaurante taurino “El Taquito” se vistió de gala. El pasado 3 de agosto, en las calles de El Carmen 69 esquina con Bolivia, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, recibió en sus instalaciones, consideradas ya un museo gastronómico, a una personalidad muy distinguida, al Maestro Enrique de la Madrid Cordero, Secretario de Turismo Federal, quien develó junto con los hermanos Marcos y Rafael, propietarios en tercera generación de éste restaurante icónico, la placa conmemorativa de su primer centenario.
Como testigos de este magno evento, estuvieron presentes personalidades del mundo artístico, de la tauromaquia, del boxeo y del periodismo. Sobresalió la presencia de la Sra. Sarita Nerubay la siempre fiel compañera del amigo de todos los tiempos del Taquito, Don Jacobo Zabludovsky, que ya hace dos años se adelantó, quien recibió un merecido reconocimiento.
Entre otros invitados especiales estuvieron presentes Jesús Gonzáles Schmall, Autoridad del Centro Histórico de la CDMX; los presidentes de la CANIRAC, Hugo Vela Reyna; de la COTAL, Armando Bojórquez, y el de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT), Carlos Ramos Padilla.
Personalidad sui géneris destacó en el evento centenario, la del boxeador y cuatro veces campeón del mundo Rubén “el Púas” Olivares. Amigos y sobre todo la familia. Carla Guillen la chef del restaurante e hija de Marcos es la cuarta generación del Taquito, que tiene bajo su responsabilidad la cocina.
Poco antes de iniciar el evento de develación de la placa centenaria del Taquito con la presencia de más de 300 invitados todos amigos del Taquito, estuvo el Jefe Delegacional de Cuauhtémoc, Dr. Ricardo Monreal Ávila, quien por otro compromiso se retiró antes de la develación de la placa centenaria, pero recibió también de manos de los hermanos Guillén Hernández un reconocimiento.
Fue un evento muy emotivo en donde Marcos Guillén reconoció que cumplir 100 años en el Taquito, los compromete a seguir trabajando por la gastronomía de México, mientras que el Secretario de Turismo Federal, por su parte, afirmó que la gastronomía mexicana recibirá un impulso en su difusión para mantenerla entre los principales atractivos turísticos del mundo.
Se dice fácil hablar de 100 años, pero no es así, conlleva mucho esfuerzo y trabajo y sobre todo mantener un lugar tan tradicional a través del tiempo que ha sido pasarela de grandes estrellas del cine mundial como Gary Cooper o Marilyn Monroe, hasta nacionales como el legendario Pedro Infante o María Félix. El icónico Taquito fue círculo de charlas de todos los presidentes priistas de México, desde Álvaro Obregón, el manco de Sonora, hasta Vicente Fox y Felipe Calderón, los únicos panistas que han despachado en Los Pinos entre los años 2000 y 2012.
El Taquito tiene historia, tradición, remembranzas y un abolengo que ningún otro restaurante puede presumir en México. Sus rincones fueron confidentes de las grandes figuras del toreo nacional y extranjero, desde el gran Manolete y Rodolfo Gaona, hasta Julián López "El Juli", sin olvidar a Silverio Pérez, Luis Miguel Dominguín, Alfonso Ramírez “El Calesero”, Curro Rivera o Manuel Capetillo.
Fueron Don Marcos Guillén González y Conchita Rioja la raíz de toda una genealogía dedicada al buen sazón y la elaboración de platillos que, hogaño como antaño, han sido y son deleite de familias que por décadas han saboreado el mole poblano, el caldo tlalpeño, las costillas de cerdo bien doradas y las sopas de nopales y de médula.
Esos platillos también fueron consumidos por John F. Kennedy y su esposa Jacqueline Kennedy o el Príncipe Carlos de Inglaterra.
En las mesas de sus antiguos ocho salones, degustaron sus viandas el gran Mario Moreno “Cantinflas” y la espectacular Katy Jurado, a quien Elvis Presley llamaba “La Chula”, y quienes al igual que Dolores del Río incursionaron en Hollywood.
El mismo sabor de los chiles en nogada, la carne asada a la tampiqueña, las enchiladas verdes o quesadillas, que esas grandes figuras consumieron con fervor gastronómico, también emularon grandes compositores de nuestra nación, desde Agustín Lara hasta José Alfredo Jiménez y Cuco Sánchez. El Taquito fue el sitio donde se mezclaron políticos, académicos, periodistas, escritores, vedettes, cantantes y boxeadores. Todo ello está documentado en la magnífica obra que Rafael Guillén Hernández escribió: “El Taquito, una historia que contar”.
El libro, prologado por el extinto periodista Jacobo Zabludovsky, férreo defensor del famoso restaurante, y coordinada editorialmente por Alberto Carbot, muestra gráfica y textualmente la forma en que compartieron la sal y la pimienta personajes de todas las ideologías políticas y expositores de todos los géneros musicales y deportivos.
Sobre sus manteles y cubiertos en mano, departieron Cuauhtémoc Cárdenas, Carlos Hank González, Luis Echeverría, Rubén Olivares, Resortes, Chabelo, Gabriel García Márquez y Paco Malgesto. También se sentaron en ese sitio los grandes muralistas de México: Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.
El Taquito no ha perdido su aroma ni su tradición, pero actualmente está rodeado por la marabunta del ambulantaje que corre por las calles y se traga los edificios coloniales de la Calle Del Carmen, a pesar de estar dentro del perímetro que resguarda a la zona del Centro Histórico. Como sea, El Taquito si es una historia que contar y quien no se haya sentado en sus rincones a deleitar el paladar, no tendrá el sello de imitar a las grandes figuras y leyendas que forjaron el México de trabajo y progreso.
Y por si fuera poco, hasta el Papa Juan Pablo II se deleitó con los diversos platillos que los dueños de El Taquito le llevaron hasta la Basílica de Guadalupe, durante su primera visita pastoral a México, en 1979. Todo el menú fue tan bien acogido por el Papa que bendijo al taco mexicano y ante dos mil comensales cariñosamente lo llamó “El Taquito”.
Es así como el Taquito recibe con los brazos abiertos a grandes personalidades, a numerosas familias, a enamoradas parejas y a cualquier alma hambrienta con el deseo de disfrutar de un delicioso taco, un rico platillo mexicano o una sopa caliente. Todo a al alcance de cualquier bolsillo.
Otros que destacaron en el centenario del Taquito fueron el diestro Francisco Dóddoli, presidente de la Asociación Nacional de Matadores; Pepe Arroyo, tesorero de la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia; y matadores como Javier Tapia El “Cala”; el escritor Guillermo H. Cantú; el doctor Samuel Rosete; así como Paco Lazareno y varios integrantes de diversas porras de la Plaza México.
Al final del evento de develación llegó el mariachi y salieron de la cocina las charolas con los tradicionales pambacitos, las chalupas, los sopes con salsa verde o roja, las enmoladas, los rollitos de chiles en nogada, así como las bebidas que hicieron que se levantaran las copas para que rompiera el día e iniciaran los brindis por un promisorio futuro para el Taquito. Felicidades. |