Por su ubicación geográfica, la Ciudad de México, es por sí misma, propensa a sismos. Asentada sobre suelo blando, tiene características geográficas y topográficas que amplifican las ondas sísmicas, lo que provoca sismos más intensos y los vuelve más peligrosos.
Así lo reconoció la presidenta de la Comisión de Gestión Integral del Agua en el Congreso local, la diputada Guadalupe Aguilar Solache.
La ciudad crece descontroladamente y, a su vez, se extrae más agua de la que puede infiltrarse, lo que origina hundimientos, daña edificaciones, compromete la infraestructura hidráulica y deja a la ciudad desprotegida ante sismos.
Entrevistada durante el macrosimulacro en el edificio de Donceles, la diputada dijo que, como presidenta de la Comisión Integral del Agua, invertirá en estudios que nos permitan conocer profundamente los riesgos que provoca la explotación de los mantos acuíferos.
“Queremos trabajar, seguir investigando y prevenirnos para que la sobreexplotación no sea un elemento que nos deje vulnerables ante estos fenómenos naturales. El agua funciona como un sistema de protección antisísmica”, finalizó la legisladora.
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