Para no seguir fomentando conductas machistas, la desigualdad y la discriminación hacia las mujeres que tienen hijas o hijos fuera del matrimonio o concubinato, la diputada Valentina Batres Guadarrama presentó una iniciativa para adicionar un párrafo segundo al Artículo 301 y un Artículo 302 Bis, todos del Código Civil para el Distrito Federal.
En tribuna del Congreso de la Ciudad de México, la legisladora del Grupo Parlamentario de Morena, afirmó que muchas mujeres dejan su desarrollo personal y profesional para atender a su familia, mientras que el hombre que lleva una doble vida, realiza sus actividades de manera normal sin preocupación alguna.
“Consideró que al no regular este tipo de relaciones sólo se fomenta la desigualdad y vulnera el principio de no discriminación y además favorece y nutre la cultura machista”, precisó.
Batres Guadarrama indicó que la propuesta establece no sólo dar manutención alimenticia a sus hijos, sino también a la pareja siempre y cuando se cumplan las siguientes condiciones.
Que tengan una relación de convivencia permanente, aunque concurran al deudor alimentistas diversas formas de convivencia como el matrimonio o el concubinato.
Que como resultado de dicha relación se hayan procreado o adoptado hijas o hijos que se acredite que hay dependencia económica para que la autoridad judicial determine, tomando en cuenta las circunstancias del caso la obligación de dar alimentos no nada más a las hijas o hijos sino también a la pareja.
Lo anterior, a manera de compensar su contribución indirecta del patrimonio del padre de su hija o hijos.
Ya que al quererse integrar a la vida laboral se encuentran en desventaja por edad o por inexperiencia además de que es a los 50 años cuando inician a construir un patrimonio propio, comento la también vicecoordinadora del Grupo Parlamentario de Morena.
“Es por ellas que presento que adiciona un artículo para otorgar a personas unidas por una relación de pareja estable siempre y cuando concurran las siguientes circunstancias que la relación de pareja esté fundamenta en la afectividad, consentimiento y solidaridad libremente aceptada”, concluyó. |