Conmemora GDF Día Internacional de las Familias
Si no se reconocen los cambios ocurridos en las familias los últimos cinco lustros, difícilmente se podrán construir políticas de equidad, toda vez que quedó atrás aquello de que un hogar está encabezado por un jefe de familia proveedor y las mujeres sólo cuidan a los hijos y se encargan de las tareas de la casa.
Señaló el secretario de Desarrollo Social del Distrito Federal, Martí Batres Guadarrama al conmemorar el Día Internacional de las Familias, instaurado en 1993. Quien siga pensando así, consideró, no entiende lo que está pasando. Incluso señaló que en el artículo 123 constitucional se alude aún al trabajador como el jefe de familia.
Acompañado de diputadas locales, funcionarias del Gobierno del Distrito Federal y representantes de organizaciones civiles dedicados al tema, Batres recordó que hoy el 25 por ciento de los hogares son encabezados por mujeres lo cual cambia aquella concepción.
Todo ello, continuó, indica que nuestras políticas públicas tienen que cambiar para comprender estas transformaciones y tener mayor eficiencia en nuestras orientaciones hacia las familias. Lo primero, es hablar de las familias, en plural, porque ya no hay un solo tipo de familia.
Para dar sustento a lo anterior, el secretario enlistó algunos elementos para explicar los cambios al interior de las familias.
En primer lugar, dijo, hay un mayor empobrecimiento en un segmento muy importante de las familias en el mundo y en nuestro país. En México, los últimos 30 años han sido de empobrecimiento y esa generación sólo ha oído hablar de crisis económica, pobreza, desigualdad. La consecuencia, afecta la composición familiar.
Dos, la migración. Cada año se va medio millón de mexicanos a Estados Unidos y eso cambia a las familias. Muchos dejan una familia aquí, envían dinero, pero allá hacen otra familia. Consecuencia: la primera mujer queda al frente del hogar y los hijos.
Tres, la penalización de la violencia. Antes se le consideraba como “algo normal”. Ahora se le castiga administrativa, civil y penalmente. Eso produjo otro cambio. Sepultó, de hecho, aquello de que “te golpeo porque te quiero”.
Cuatro, un mayor crecimiento demográfico en el tercer mundo y disminución de la tasa de natalidad en el primero. Cinco, incremento en el desempleo masculino y la incorporación de muchas mujeres al mercado laboral, formal e informal.
Otro elemento, la masificación en el uso de anticonceptivos. Con la aparición del Sida se incrementó el uso del preservativo. Ello originó relaciones sexuales no reproductivas y previas al matrimonio.
De hecho, apuntó el funcionario, las mujeres han adquirido mayor fuerza, tienen más derechos, hay un margen mayor de equidad aunque no una equidad plena. Y también ahora los jóvenes tienen mayor presencia, más fuerza, más libertades y las minorías oprimidas, como las sexuales, étnicas o con alguna discapacidad, también han fortalecido sus derechos. Todo ello ha modificado la estructura de la familia patriarcal.
Batres Guadarrama se refirió a dos aspectos; uno, la educación para la democracia al interior de la familia. Si se enseña que todos sus integrantes deben contribuir en algo en el trabajo doméstico, por ejemplo, estamos ante un cambio cultural de la mayor importancia.
Subrayó la importancia de seguir impulsando políticas para fortalecer el ingreso familiar, por la vía del mercado laboral y por la vía del llamado salario indirecto que se desprende de las políticas sociales, de tal forma que las familias, todas, cuenten con lo necesario para el desarrollo y bienestar armónico, integral de todos sus integrantes.
En el evento también participaron María Elena Ortega Hernández, directora General de Igualdad y Diversidad Social, Francisco Cervantes Islas, coordinador del Observatorio de Familias y Políticas Públicas, la diputada Beatriz Rojas Martínez, presidenta de la Comisión de Equidad y Género de la ALDF, Carlos Hernández Martínez, del Instituto Mora, María Jiménez, directora de Atención y Prevención a la Violencia Familiar.
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