Las mariposas amarillas que en “Cien años de soledad” perseguían a Mauricio Babilonia acudieron al Palacio de Bellas Artes para dar el último adiós al escritor colombiano Gabriel García Márquez, quien falleció el jueves 17 de abril en la Ciudad de México.

Gabo, como se le conocía y llamaba de cariño, fue despedido con un homenaje la tarde noche del lunes 21 de abril por parte de los gobiernos de México y Colombia. Familiares, amigos y la gente que por años colaboró con él, además de políticos, escritores, artistas y, sobre todo, sus lectores, acudieron al recinto para darle el último adiós al Premio Nobel de Literatura 1982.

Con rosas amarillas y música de vallenato, ambas preferidas por el escritor, se vio desfilar fuera del Palacio de Bellas Artes a miles de personas que por más de cuatro horas hicieron largas filas para ver la urna con las cenizas del autor de “El coronel no tiene quien le escriba”.

Lectores de todas las edades y de diversas nacionalidades se dieron cita en la explanada del Palacio donde se escucharon vítores a favor del “Querido Gabo”, además de aplausos y entonaciones expeditas de “Macondo”,  canción que Óscar Chávez compuso inspirado en el mágico pueblo que García Márquez creó en “Cien años de soledad”. Lecturas en voz alta de algunos fragmentos de la obra del colombiano, también fueron entonadas por sus fieles lectores.

A las 16:15 horas, al interior del Palacio de Bellas Artes, llegaron las cenizas del creador del Realismo mágico. El titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa,  fue quien portó la urna de madera con los vestigios del Nobel, mismos que fueron escoltados por la esposa del escritor, Mercedes Barcha, y sus dos hijos, Rodrigo y Gonzalo.

Por más de cuatro minutos los nietos y familiares de Gabo, acompañados de amigos, escritores, políticos, y demás asistentes, aplaudieron al autor de “El amor en los tiempos del cólera” y quien desde 1961 llegó a México para hacer de este país su hogar y segunda patria.

Además de los aplausos e instalación de arreglos y coronas florales compuestas de rosas amarillas, el recinto fue ambientado con la música que en vida gustó el escritor. Músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional fueron los encargados de interpretar diversas piezas de compositores como Dvorak, Schubert, Mozart y Beethoven.

Enseguida comenzaron las guardias en torno a la urna con las cenizas de Gabriel García. La primera fue presidida por Mercedes Barcha y sus hijos Rodrigo y Gonzalo, además de Tovar y de Teresa, así como la titular del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Cristina Zepeda.

Posteriormente tocó a los nietos y nueras del escritor; en seguida al hermano menor, Jaime García; al chófer y asistente de Gabo, Genovevo Quiróz y Mónica Alonso, respectivamente. Después a colegas del colombiano como los escritores Ángeles Mastretta, Héctor Aguilar Camín, Jorge F. Hérnandez, Homero Aridjis, Raúl Renal, el periodista Jacobo Zabludovsky y el actor Sergio Corona, entre otros.

Por espacio de dos horas desfilaron, a un metro de distancia de la urna, los lectores de Gabo. Rosas amarillas fueron depositadas a los pies de la urna al tiempo que vitoreos inexperados fueron alardeados por el público que desfilaba:   “Viva Gabo”, “Te queremos Gabo”, “Nadie como tú Gabo”. Música de vallenato, por parte del grupo Guatapurí, también rompió por momentos con el protocolo.

A las 18:00 horas el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, arribó con su comitiva al vestíbulo del Palacio de Bellas Artes para expresar a Mercedes Barcha sus sentidas condolencias por la pérdida de su esposo.

Breves palabras intercambió el mandatario local con la ahora viuda, así como con los hijos y nueras del escritor. Al Jefe de Gobierno le acompañaron en la guardia Rodrigo y Gonzalo García Bracha; así como la poeta Carmen Boullosa.

Fue después de las 19:00 horas cuando los Presidentes de México, Enrique Peña Nieto, y de Colombia, Juan Manuel Santos, arribaron al recinto para rendir un homenaje al escritor.

"Macondo son los cientos, los miles de amigos de Gabo, que ha dejado huérfanos en el mundo, porque si algo hacía Gabo mejor que libros era amigos", expresó el mandatario colombiano, quien dijo hablar con el corazón adolorido y alma agradecida.

Gabriel García Marquez, dijo, es el “más colombiano de los colombianos; sigue vivo, seguirá vivo en sus libros y en sus textos pero, sobre todo, más que nada, vivirá para siempre en las esperanzas de la humanidad”.

Por su parte, el mandatario mexicano Enrique Peña Nieto, destacó que García Márquez es el más grande novelista de América Latina de todos los tiempos, cuya obra llevó el realismo mágico a su máxima expresión y quien encontró en  México como su segundo hogar. 

“Hoy, unidos Colombia y México, le rendimos un solemne homenaje desde el Palacio de Bellas Artes. Lo despedimos con la alegría de su vida y con la emoción de sus libros, convencidos de que Gabriel García Márquez se queda entre nosotros”, mencionó.

Al término de los discursos a cargo de los mandatarios de México y Colombia, los nietos del autor soltaron pétalos de rosas amarillas, las preferidas de Gabo.