Por Francisco Javier Hernández
En este largo proceso de transición no todo ha sido fácil, pues crece la idea de que el gobierno que se va le está dejando un enorme paquete al que encabezará a partir del próximo 1º de diciembre Andrés Manuel López Obrador, pues son muchos los lastres sociales que se tienen, sobre todo los referentes a la corrupción y a la inseguridad, pero a ello habría que sumarle los altos niveles de inflación que se registran sobre todo en los productos básicos, mientras los salarios están a la zaga y ello completa el cuadro de una grave irritación que no cesa.
Así, sin querer proponérnoslo encontramos un día y otro también que en tal estado –sobre todo Veracruz, Tamaulipas o Chihuahua—que tal funcionario de gobiernos anteriores ha sido detenido tras habérsele encontrado responsable de cierta cantidad de millones de pesos, mientras que el verdadero culpable está a punto de ser liberado –Javier Duarte de Ochoa—porque la Procuraduría General de la República no entregó las pruebas necesarias para que tenga que estar más tiempo en la cárcel.
Pero también tenemos a uno que otro gobernante prófugo –el otro Javier, pero de Chihuahua—que aún cuando está plenamente identificado y localizable parece tener con él un pacto de verdadera impunidad y entonces ni se le detiene y mucho menos se le extradita porque todo hace suponer que a las autoridades mexicana les importa muy poco aplicar la justicia y todo el peso de la ley como a veces se pregona.
En tanto, como ya lo hicimos notar en nuestra entrega anterior, la violencia se expande exponencialmente a lo largo y ancho del territorio nacional y ahora casi ningún lugar está vedado para que la delincuencia organizada haga de las suyas y son constantes las balaceras no sólo entre grupos criminales, sino también contra las fuerzas del orden.
Esta tanta la audacia de los grupos delincuenciales que incluso ahora ya se enfrentan a las unidades militares que han sido encomendadas a patrullar por los diversos rumbos del país, que ya no les importa que en las refriegas resulten víctimas civiles que nada tiene que ver con ellos y ahí ya tenemos los daños colaterales de los que por muchos años se evitó hablar.
Pero además, las otras víctimas de esta terrorífica situación ahora lo somos la mayoría de los mexicanos porque cada vez vemos más reducido nuestro poder de compra ante los aumentos desorbitantes de una buena cantidad de productos de primera necesidad por lo que ya no sabemos cuál es el verdadero contenido de la canasta básica pues sus precios han rebasado cualquier expectativa.
A lo anterior hay que agregarle el hecho de que las gasolinas y otros energéticos siguen en un alza incontenible, sin que ello pareciera ser de gran preocupación para la actual clase gobernante que incluso se negó a aumentar los salarios en junio pasado, cuando se tenía una buena oportunidad y la coyuntura para hacerlo.
Así y según datos de la Comisión Reguladora de Energía y de la propia Procuraduría del Consumidor, el precio promedio de la gasolina Magna, la de mayor consumo en el país, aumentó 2.01 pesos entre enero y junio de este año lo que ha representado un incremento de 14.3 por ciento respecto al nivel registrado al cierre de 2017, un año después de iniciado la liberación del mercado de este combustible.
Entonces, se quiera o no reconocer, están sucediendo muchas cosas todavía, por lo que han surgido gran cantidad de apuestas sobre los retos a los que tendrá que enfrentarse el próximo gobierno, si es que no lo alcanza la irritación social.
SUBIENDO Y BAJANDO (ELEVADOR MEXIQUENSE)
PERO SI LOS retos son enormes a nivel nacional, en lo estatal no nos quedados atrás y prueba de ello es que ha despertado gran expectación el cómo dejaran muchas de las administraciones municipales actuales sus arcas y sus finanzas sobre todo para aquellos municipios que cambiaron de partido y color, pues como ya lo hemos comentado, las deudas son enormes con relación a juicios laborales, pero habría que agregarle otro tipo de débitos no sólo con proveedores de servicios, sino con grandes, medianas y pequeñas empresas, deudas que han crecido exponencialmente y que no se ve por donde se podrían cubrir en los pocos meses que les queda a los gobiernos actuales…SEGÚN CIFRAS OFICIALES y no oficiales, los municipios grandes o de gran población como lo son Ecatepec, Netzahualcóyotl, Tlalnepantla, Naucalpan, Tultitlan o Coacalco, por solo mencionar algunos, no solo tienen deudas “históricas” como las han llamado consistentes en cientos de millones de pesos, pero por ejemplo, los tres mencionados arrastran otras cantidades que suman miles de cientos de millones de pesos que no se sabe cuándo podrán ser finiquitados…POR CIERTO, SE ha corrido el rumor que a partir del año próximo –justo cuando entren en funciones las nuevas administraciones—se buscará el llamado “borrón y cuenta nueva”, de lo cual nadie sabe cómo se va a implementar, pues no será tan fácil porque a quien se les debe, jamás dejaran de cobrar…POR LO DEMÁS, hay casos tan dramáticos como el que ocurre en municipios tan importantes como es el caso de Naucalpan, en donde y en reciente sesión de Cabildo, una de esas regidoras que casi nunca hablan, mencionó la queja de algunos empresarios con relación algunas obras que no se les ha pagado, pese a que supuestamente los recursos para las mismas estaban etiquetados, lo cual es un asunto sumamente grave, porque una cosa es que el Ayuntamiento no cuente con recursos suficientes para la realización de algunos trabajos para la población y otra, que a pesar de tener esos recursos, no se utilizaron debidamente…CLARO ESTÁ QUE ello motivo la intervención del treceavo regidor, Darío Rojas Macías que en diversas ocasiones y con sus constantes críticas a lo que hace la administración panista, prácticamente desespera a sus correligionarios…PERO RESULTA QUE entonces, el regidor morenista sacó a colación la grave situación en la que se encuentran las finanzas naucalpenses pero además en el embrollo al que se han metido no sólo el actual presidente municipal, Víctor Hugo Gálvez Astorga, sino como le dejó el Ayuntamiento su predecesor, Edgar Olvera, pues incluso les hizo ver que obras como el llamado Paseo de las Marinas, de la que tanto se ufanaba la administración municipal, todavía se debe, a pesar de que supuestamente para su realización, se utilizaron recursos etiquetados de algún programa federal o estatal, pero al final de cuentas, no se ha pagado, lo cual, se quiera ver como se vea, es un asunto por demás grave y delicado, por lo que incluso ello podría estarse tipificando como un delito y cuyas consecuencias podrían trascender al ámbito estatal o federal, pero ahí están los datos…ES DECIR, OBRAS que supuestamente cuentan con recursos etiquetados para su realización, simplemente no se han pagado y queda en suspenso que más puede haber detrás de esto…POR CIERTO, ANTE la ola de denuncias que han proliferado en torno a que recientemente se formó un grupo de aproximadamente 50 o 60 de supuestos “inspectores” que dependían principalmente de Normatividad Comercial y de Protección Civil y que se dedicaban a recorrer el territorio naucalpense para “visitar” todo tipo de negocios, comercios y hasta empresas y amagaban con poner sellos si es que no entregaban fuertes sumas de dinero, el alcalde Víctor Gálvez en reciente entrevista fue enfático en señalar que de ninguna manera se toleraran actos de corrupción y mucho menos de extorsión, luego de que dos presuntos inspectores pretendieron exaccionar a un importante empresario y prácticamente fueron detenidos infraganti…LAS DECLARACIONES DEL alcalde naucalpense parecen dejar en claro que él de ninguna manera ha tolerado dicha situación e incluso parece que quiere dejar la casas limpia, pues además ha realizado una gran cantidad de cambios en casi todos los puestos importantes del Ayuntamiento, por lo que nadie duda de sus intenciones, aunque cabe aclarar que las deudas y los pendientes que le dejo Edgar Olvera, son tan pesadas que ojalá tenga el tiempo de darle un nuevo rostro a la administración naucalpense…
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