Luis Alberto Alonso @ikaro_46
Carlos Navarrete señala de manera directa a Miguel Ángel Mancera como el culpable de la caída del PRD en las preferencias electorales de los capitalinos. En tanto, éste niega su responsabilidad acusa “una división en la izquierda” y amaga a la oposición en las jefaturas delegacionales con no brindar los recursos necesarios para su óptimo desempeño.
La fuerza del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) y las jefaturas delegacionales se redujo en poco menos del 50% durante los primeros tres años de Miguel Ángel Mancera al frente del Gobierno del Distrito Federal (GDF). Aunque los resultados aún no son cien por ciento seguros, resulta difícil que las tendencias se reviertan.
Señalado especialmente por el presidente nacional del partido que lo llevó al poder, Mancera Espinosa se empeña en negar “la realidad, por más dura que ésta sea”, como aseguró el derrotado candidato perredista por la delegación Cuauhtémoc, José Luis Muñoz Soria.
Para el apartidista jefe de Gobierno capitalino, la debacle perredista no es sino un síntoma de “una división de la izquierda”.
“Si en este momento las izquierdas hubieran trabajo juntas, hubieran trabajado en un solo esquema de unidad para la contienda electoral, no solamente la Ciudad de México sino en otros lugares, pues los resultados hubiesen sido diferentes… si no tienes división, pues tendrías el número que se tuvo en la Asamblea pasada; la Asamblea pasada es una conformación que obedeció en su momento a una unidad de la Izquierda y esta Asamblea como ya lo avizorábamos, pues es una Asamblea que estará conformada con una división de la Izquierda, muy clara”, clamó, luego de avisar en reiteradas ocasiones de manera altanera que ya todo estaba dicho en su discurso.
Las palabras del Ejecutivo local hacen referencia a que, según los cálculos previos y casi definitivos, el partido que lo apoya conservó sólo 6 de 14 delegaciones y menos de la mitad de diputaciones locales en la ALDF, siendo ya rebasados por MORENA. Es decir, que de 66 diputaciones locales, el PRD tendrá menos de 20.
Además, desconoció de manera totalitaria el hecho de que MORENA, PRI-PVEM y el PAN hayan alcanzado resultados nunca antes vistos y conservado o recuperado espacios sea una calificación de la ciudadanía a su administración.
“Yo creo que la calificación al Gobierno es una calificación directa que hace la gente, que tú la que percibes en la calle”, asentó.
Sin embargo, de manera tímida implicó que no espera respuestas adversas de parte de los futuros 11 jefes delegacionales que no le rendirán pleitesía como los perredistas.
Esto, porque “no pensaría en este momento que a ningún jefe o jefa delegacional le gustaría que su delegación se fuera para abajo ni en infraestructura, ni en servicios, ni en seguridad”.
Recalcó que, al modo de la ley de la oferta y la demanda, el levantamiento de MORENA de manera tan importante en la capital se debe a la “línea de acción” de la ciudadanía ante las ofertas que la izquierda ofrece en estos tiempos y no encuentra “nada que no pudiera estar perfectamente explicado en este sentido”.
Finalmente, desconoció el discurso crítico de Carlos Navarrete, quien ya presagió la disminución de fuerzas perredistas en la Ciudad de México antes de los comicios del pasado 07 de junio, y ahora prevé que el PRD cederá la estafeta del Gobierno capitalino a algún otro partido después de casi 20 años de monopolio en el cargo y casi 18 en la ALDF y las jefaturas delegacionales.
“La verdad esto de las bolas de cristal y estar haciendo augurios, a mí no me gusta…habría que pedirle a Carlos Navarrete que explique sus ideas”, sentenció. |