Al afirmar que sólo con la izquierda en el poder se podrán satisfacer las necesidades de los mexicanos, el dirigente de Izquierda Democrática Nacional, René Bejarano Martínez, denunció que la soberanía alimenticia nacional ha sido secuestrada por los grandes capitales y pone en grave riesgo la viabilidad alimentaria nacional.
Al encabezar la reunión nacional de IDN, Tierra y Campo, realizada en esta ciudad, el dirigente perredista señaló que en el 97 aniversario luctuoso de Emiliano Zapata el rescate del campo adquiere más relevancia que nunca porque al abandonarlo se abandona también al pueblo de México y se pierden los ideales por los que murió el Caudillo del Sur.
Ante más de 2 mil personas que se congregaron en Teatro “Alberto M. Alvarado”, aseguró que el modelo económico actual, de cara neoliberal, propició el desmantelamiento de la política agraria y agropecuaria conquistada desde los tiempos de la Revolución Mexicana de 1910 y la potenciación del reparto agrario durante la época del General Lázaro Cárdenas del Río.
Dijo que el gobierno de Peña Nieto prepara una nueva contrarreforma que afectará negativamente a la comunidad agraria que implica una mayor transformación hacia los negocios agropecuarios rentables a los intereses económicos nacionales y extranjeros y dejarán en el olvido la agricultura sustentable y a pequeña escala, los cultivos nativos y las prácticas campesinas tradicionales.
Denunció un sistema concesionario de terrenos dedicados a la minería que son explotados por extranjeros que están acabando con el medio ambiente y los recursos naturales, en particular el agua. Aclaró que la reforma energética pretende utilizar los acuíferos por la vía de la concesión para intensificar los proyectos de fractura hidráulica y privatizar este recurso vital para el consumo humano.
En la gira de trabajo que realiza por todo el país, llamó a la comarca lagunera a sumarse a la Insurgencia Civil Pacífica del 5 de mayo para la defensa de la industria energética y por precios justos en la gasolina, gas y luz.
Esta jornada, explicó, consiste en reuniones informativas, actividades culturales, deportivas y artísticas; funciones de cine; volanteo y cualquier actividad pacífica en defensa del petróleo.
Sobre el tema de la reunión, propuso crear una banca campesina en microrregiones que ofrezca créditos y financiamiento a grupos de trabajo conformados en cooperativas y se pronunció por revisar el capítulo agropecuario en el Tratado de Libre Comercio con el fin de aplicar una estrategia de granos básicos que combata la especulación.
Señaló que la dependencia e inseguridad alimentaria y la malnutrición comprometen los derechos y modos de vida, producción y cultura de millones de campesinos e indígenas y vulneran peligrosamente la independencia y la economía de la nación.
Por todo ello, se comprometió a que Izquierda Democrática Nacional y los movimientos sociales, campesinos e indígenas, sigan luchando para conseguir un país en el que quepamos todas y todos.
Por ello, agregó, debemos insertar en el debate nacional el rescate del campo, “porque la historia nos confirma que desde el campo y con la gente del campo, se han escrito las luchas sociales y se han ganado las batallas más importantes de México”.
Entre los ejes de este rescate propuso un nuevo Pacto Social para el Campo que sustituya el enfoque gerencial que actualmente tiene y para enfrentar la actual coyuntura mundial y nacional de crisis alimentaria; defender la propiedad agraria en los términos actuales y evitar por cualquier motivo el desmantelamiento de las comunidades agraria e indígena; promover la auto organización de las comunidades campesinas, indígenas y de pequeños productores para que gocen de plena autonomía, respeto a sus formas de organización democrática y respaldo gubernamental sin intervención en su vida interna. Además crear Zonas de Reserva Agroalimentaria para proteger el uso de suelo de las tierras nacionales con alto potencial agropecuario.
En el evento, al que acudieron diputados federales y dirigentes locales del PRD, se dio la bienvenida a IDN a Gabriel Nava Luna, quien renunció al Partido de la Revolución Coahuilense para sumarse a las filas de Izquierda Democrática Nacional.
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