Por Luis Alberto Alonso Aviles
El día de ayer, martes 8 de abril de 2014, finalizó a nivel (casi) mundial el soporte para Windows XP, el Sistema Operativo más exitoso a nivel mundial desde que la era de las computadoras empresariales y para usuarios iniciara.
XP fue lanzado el 25 de octubre de 2001, entrando con el presente siglo y desbancando a los demás sistemas operativos del mercado, incluidos los de la misma Microsoft. Y para los aún inexpertos y maravillados jovenzuelos que recién comenzábamos a ser partícipes del próximo “boom” de la computación y la tecnología, XP era lo máximo. También lo fue para los mayores, para los empresarios, para los jugones, los escritores, programadores, ingenieros. En fin, para todo aquel que quería tener una máquina para trabajar, jugar y entretenerse, como hasta hoy lo sigue siendo Windows 8.1, OS desde el cual escribo esta columna.
A los más jóvenes, de 20 años o menos, seguro que les suena raro el alboroto por el fin de XP, soporte que Microsoft extendió por casi 13 años, siendo todo un hito en los tiempos de la obsolescencia programada. Pero, como ya dije, se debe a su funcionalidad multifacética. Precisamente esa funcionalidad es la que provoca serios problemas en estos momentos, pues se estima que XP continúa con una cuota de mercado de al menos el 30%, entre instituciones educativas, bancarias, empresariales e incluso, aunque usted no lo crea, usuarios finales que tienen blogs propios de estos tiempos. Los programadores, viejos y nuevos, también forman parte de estas estadísticas, y le aseguro que en estos momentos hay alguien que aún está instalando o reinstalando este OS en alguna computadora.
¿Es el fin total de XP? No, pero sí lo es para Microsoft, que tiene la necesidad obligada de comenzar a enfocarse en ser una empresa de productos, servicios y hardware, como recién han declarado. Muchos “manitas” seguirán optimizando las líneas de código, la interfaz o las fallas que se presenten; tal fue el caso de las versiones “XP desatendido”, que vivió una breve época de apogeo hace 8 años; las versiones “Angelical”, que aparecieron con funcionalidades extras y un lavado de cara, fusionando lo mejor de XP y Vista (este último un innombrable para mí). Sin embargo, ya no se tendrá el soporte de la empresa matriz, por lo que, en caso de presentarse cualquier nueva vulnerabilidad, entonces sí, o usted sabe por lo menos modificar el registro del sistema y algunas configuraciones, o prepárese a desembolsar un dinerito si es que quiere continuar con su necedad para que algún ñoño amante de la ciencia, la tecnología, la literatura y las series como Game of Thrones, le hagamos el favor de devolver a la vida su computadora. Bueno, excepto si somos buenos amigos.
Aunque resulta que los gobiernos de Reino Unido y Holanda han llorado tanto al viejo amigo de negocios, que Microsoft les ha extendido un plazo de doce meses para dar soporte a Office 2003 y Windows XP. Claro, siempre por medio de un nada barato contrato y, probablemente, con el compromiso de instruirles en la actualización a la versión 7 u 8.1.
El regreso al menú de inicio.
Una de las grandes quejas de los usuarios iniciales de Windows 8 fue la falta de un menú de inicio al estilo ya más que conocido de todas las versiones anteriores que tenían una interfaz gráfica con escritorio, íconos, notificaciones (que según dicen los “androides” ellos inventaron) y demás utilidades.
El problema no era que no existiera el ya conocido menú de inicio en el escritorio de W8, sino la costumbre que nos hemos hecho de utilizarlo como punto de partida para todo. La situación se mitigó cuando en 8.1, con el botón secundario, se podían acceder a un menú de inicio “secreto”. A fin de cuentas, el problema no es que no esté visible, sino la poca publicidad que Microsoft hace de sus herramientas.
Uno de los grandes detalles que no se tomó en cuenta por el auge que representaron las tablets y computadoras con pantallas touch, es que los usuarios de las “antigüitas” íbamos a querer usarlo en estas para después dar el salto endeudador a las últimas. También cabe la diferencia evidente de que las tablets con Android e iOS NO SON PARA TRABAJAR (ya Microsoft le dio una patada a la tumba de Steve “mentiroso” Jobs al liberar One Note y Office “light” para su seudo sistema operativo, y, además, se convirtieron en las más descargadas apenas salieron), sino para pasar el rato, navegar por internet, leer algún libro electrónico o en aplicación. En cambio, al ser W8 (de RT no hablaré por el momento a pesar de que sus funciones estén por encima de Windows Phone) un OS completo, necesita de un hardware ad hoc. Esto eleva los costos y aleja a los posibles compradores (a sus padres, en realidad) ante la descarga monetaria que hay que realizar, la cual se vería realmente mitigada al darse cuenta de que con sólo algo más de dinero podrían comprar un monitor de acuerdo a sus necesidades y tener una computadora total en casa, la oficina, la escuela y para todo lo que necesiten sin necesidad alguna de gastar en dos o tres gadgets que se quedarán obsoletos en menos de un año (lo de Android no es obsolescencia programada, sino irracional).
En fin, precisamente en ello radica el tema: si no hay pantalla touch, W8 y W8.1 se vuelven algo “frustrantes” para el usuario por debajo del promedio. Culpa de ello también tiene Microsoft, porque el mentado menú de inicio bien quedó en la pantalla de inicio con interfaz Metro Modern UI, sólo que la gente no lo advierte.
Pero como la cuota de mercado sigue creciendo, gracias al boca a boca, y por los nerds como un servidor, que nos dedicamos a llevar la buena nueva a precios rebajados y hasta gratis, se ha decidido dar al pueblo Pan y Menú de Inicio en el Build 2014.
He de admitir que terminaré usando ese menú de inicio por una sencilla razón: no será el ya clásico, sino una fusión de éste con la interfaz Modern UI, como bien pueden ver en la cabecera que ilustra este artículo. Lo cierto es que me toma los mismos clics en acceder a la interfaz o a este nuevo “atajo”, pero me libraré del “wau” siempre que cambio de una a otra. O tal vez por eso no lo use…
Las aplicaciones Metro seguiré usándolas como hasta ahora, al igual que las de escritorio, ya que en lo que llega el mejor uso de ratón y teclado, la costumbre difícilmente se irá. |